De Cómo lo veamos va la cosa

Hoy he vuelto a levantarme con la pierna izquierda, y no en el sentido figurado que alega la frase, si no por la posición de mi cama. Dicho esto, supongo que sin contar con curiosos infortunios, la suerte en principio está de parte de uno mismo o la predisposición con la que elevemos nuestros pecadores “contenedores de órganos”, o sea, nuestros cuerpos cada mañana.

Personalmente no me quejo, la familia me respeta, los amigos me soportan, mi perrita sabe latín, mis vecinos pese a su carestía social comen con cubiertos, tengo amores, desamores, quebraderos de cabeza y acosadores internautas de la especie Vulpes en busca del supremo arte de la cinegética, (la caza). Vamos, lo que se denomina una existencia completa.
Aún con todo, no estoy conforme. Pero tampoco requiero tratamiento terapéutico.
Es inherente al ser humano desear siempre más, según cumplimos deseos aparecen otros nuevos, lo incumplido nos deprime y lo cumplido pierde su valor una vez conseguido.

De ahí, las lentes que usemos pueden o no facilitarnos las cosas, creo que ser pesimista es tener mucho tiempo libre para comerse la testa, mi postura es sencilla, como los autónomos, no me puedo permitir enfermar.

Las desgracias las veo como algo que debía pasar y me curten, no... : “¡Oh! Cuán desgraciada!, ¡ Hija de un Dios insensible y cruel soy!”, eso para quien tenga tiempo en preocuparse, y obviamente hay días malos, pero ninguno insuperable.

Hace unos días, conversación con mi hermano:

Hermano: He hablado con Arturo y dice que ... ¡se casa!.

Yo: ¿ah, síííííí ?, ¿y contra quién?.

Hermano: ¿contra quién qué?.

Yo: Que contra quién se casa.

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Todo depende del enfoque que tomemos, el pobre Arturo se casa y tan feliz, cuando otros se deprimirían, él optimiza, de ahí que considere que ha tenido suerte.

O que se rompa el collar heredado de la abuela Jacinta, ¿buena o mala suerte?, sin duda, buena suerte, de seguir intacto os quedaríais con la alhaja, tú o tu hermana, en cambio una vez roto... pues ya tenéis un trozo cada uno, (considerándose a su vez un aumento en la cuantía del reparto “Herencil”).

Si las cosas son muy simples, de modo que no os preocupéis por levantaros con la pierna izquierda algún día, pensad que al menos tenéis suelo donde apoyarla.